El secretario general del Partido Comunista de los Trabajadores (PCT),
Manuel Salazar, propuso a las demás fuerzas políticas de izquierda una agenda
de discusión de 4 puntos con la finalidad de alcanzar un acuerdo de unidad que
permita sacar del poder al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en las
elecciones del 2016.
Según Salazar, la izquierda dominicana podría avanzar en la construcción
de un bloque político fuerte y con capacidad de generar reales cambios de rumbo
en República Dominicana si comienza una relación de escucha
recíproca, reconocimiento de las diferencias, tolerancia y capacidad de
complementación.
Los planteamientos de Salazar se
encuentran en su artículo “Insistiendo en la unidad”, que El Grillo reproduce
íntegro a continuación y en su bloque de Ideas.
Es una cuestión ya fenomenal que las
coyunturas electorales suelen dividir a la izquierda y el progresismo
dominicanos, y no creo que ahora será diferente; aunque hay organizaciones con
coincidencias importantes y es de esperar que se unan, aunque substraerían
votos necesarios para derrotar el continuismo, que, en
mi opinión, es el aspecto principal de la contradicción política a
resolver, en el actual contexto de la correlación de fuerzas.
Todavía nuestro movimiento dista mucho de entender que la táctica es la
que hace caminar los principios generales en el día a día sobre la tierra, y
que se fundamenta en la estrategia, a la que debe seguir; surge del análisis
concreto de la situación concreta, y de una determinada correlación
de fuerzas.
Cuando no se tiene fuerza, se suele buscar el refugio de los principios
y las consignas generales, que siempre serán correctas; pero no pasarán de
enunciados, a veces rimbombantes; otras, tremendos; pero sin poder alterar el
curso de la vida nacional, y a veces peor: favoreciendo que continúe el mal
rumbo sin hacer la diligencia mínima por cambiarlo.
La otra actitud es basarse en las leyes y categorías de la lucha
política, para procurar alianzas coyunturales, tácticas, que faciliten superar
situaciones del momento.
Pero insisto en que a pesar de las diferencias, se debe mantener la
perspectiva de la unidad de izquierda, y una vez sea superada la coyuntura
electoral y se agoten las tácticas en curso, se debería entrar en tratos que
apunten en el sentido de acuerdos trascendentes; para lo cual es necesario
mantener ahora actitudes de respeto y tolerancia y avenidas de doble vías para
el buen relacionamiento.
Así las cosas, y como observo compleja la cuestión de la Unidad,
sugiero un modelo sencillo, elemental, para avanzar ese proceso, al cual
seguiría una propuesta de agenda que formularé en la entrega siguiente.
Serían unos cuantos puntos, todos con rango de primero, como los
siguientes:
1.- El primer primero, es
escucharnos unos a otros-as. Escucharnos, no solo oírnos, y se
podría constatar que en esencia todos estamos planteando políticamente lo
mismo; y que incluso, lo que algunos plantean como cosa nueva de ahora, otros
lo formularon diez o veinte años atrás.
2.- El segundo primero, es
asumirnos diferentes. Con coincidencias esenciales, pero
diferentes.
3.- El tercer primero deviene del
anterior, cuál es, la tolerancia a lo diferente. Es la
inclusión del otro, que cree lo mismo que yo, pero lo aborda desde su
especificidad, diferente a la mía.
4.-El cuarto primero es
complementarnos unos a otros. Esto significa que la debilidad o la
fortaleza orgánica, o en la elaboración de tal o cual aspecto de la política,
en unos, se modula con la fortaleza o la debilidad en esos componentes, de
otros.
Así las cosas, una sabia
carpintería podría darnos un engranaje armónico de
emulación, competencia sana bien orientada y de cooperación entre las partes,
marchando siempre en el mismo sentido, aunque a veces marchemos separados.
Bastaría un poquito de vocación democrática, de priorizar los intereses
del pueblo y del país, una pizca de nobleza y de bajarle algo al moño de la
petulancia pequeñoburguesa.
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