Por Lilliam Oviedo
El 27 de febrero, en el protocolar
acto de rendición de cuentas, Danilo Medina pronunció un discurso politiquero.
El 50 aniversario de la gesta de abril, lo encuentra en el inicio de otra etapa
de su actividad politiquera. La decisión del Comité Político del Partido de la
Liberación Dominicana de impulsar una reforma constitucional para restablecer
la reelección presidencial, le otorga preponderancia en el grupo de los
servidores de la clase dominante.
¿Han probado, acaso, enorme
efectividad las frases altisonantes, los saltos cortos en ríos, cañadas y pozos
y las visitas sorpresa (¿sorpresa?) a poblaciones y a centros de servicios que
siguen operando en situación precaria?
¿Han sido más efectivos estos recursos
que el atrevimiento de parafrasear al exquisito y sensible poeta Miguel
Hernández (diciendo que vientos del pueblo lo llevarán a subir las escalinatas
del Palacio) para seguir aplicando, en los hechos, una combinación de la
poltiquería con el sello de Joaquín Balaguer y el populismo demagógico de
Salvador Jorge Blanco?
Fue esto último lo que hizo Leonel
Fernández cuando cometió el atrevimiento de parafrasear al exquisito y sensible
poeta español Miguel Hernández (dijo que vientos del pueblo lo llevarán a subir
las escalinatas del Palacio Nacional) mientras, en los hechos aplica una
combinación de la politiquería con el sello de Joaquín Balaguer (dando limosna
a algunos pobres y apadrinando el despojo contra las mayorías) y el populismo
demagógico de Salvador Jorge Blanco (invocando al pueblo y formando cuerpos
élites para enfrentarlo).
No se trata, sin embargo, de que un
recurso de propaganda sea más efectivo que el otro. Danilo Medina ha colocado
seguidores suyos en posiciones desde las cuales se administra una cantidad
considerable de recursos. (Rubén Bichara en la CDEEE y Carlos Amarante Baret en
Educación, por ejemplo). Así, adquiere principalía el grupo de Danilo Medina en
la clase dominante y se obtiene dinero y capacidad de maniobra para hacer competencia
a Leonel Fernández y sus acaudalados colaboradores.
Algunos, como es el caso de Euclides
Gutiérrez Féliz y Felucho Jiménez, apoyan la reelección de manera tímida, pero
no asumen una posición militante, porque, aunque necesitan mantenerse en el Estado,
deben estar junto a Leonel Fernández en actividades dirigidas a preservar la
impunidad de todos, incluso la de Danilo Medina y sus partidarios.
Además de Leonel Fernández, votaron
contra el impulso a la reelección la hoy vicepresidenta Margarita Cedeño, Abel
Martínez, Radhamés Jiménez, Rafael Alburquerque, César Pina Toribio, Bautista
Rojas Gómez, Julio César Valentín, Alejandrina Germán, Alma Fernández y
Franklin Almeyda.
¿Y el cetro?
La decisión del Comité Político
otorga mejor posición a Danilo Medina, pero Leonel Fernández sigue siendo el
jefe del sistema de partidos.
El compromiso estructurado con la
clase dominante, ha generado la colaboración obligada entre Leonel Fernández y
Danilo Medina. En términos coyunturales, han favorecido al proyecto politiquero
de Danilo Medina las maniobras de Leonel Fernández, quien ha dirigido el
ejercicio mercenario de la politiquería impulsando y financiando la compra y
venta de voluntades y el alquiler de lealtades.
Danilo Medina ha gobernado y sigue
gobernando sin una oposición siquiera tímida y con los principales medios de
comunicación convertidos en agencias de propaganda gubernamental, y eso ha sido
un aporte de Leonel Fernández.
La reciente renuncia de Marino
Vinicio Castillo, sus hijos y sus seguidores reconocidos como tales, lejos de
perjudicar al actual gobierno, en términos de propaganda lo favorecen. Hay que
destacar, sin embargo, que esta separación no divorcia del atraso político a
Danilo Medina y sus aliados, quienes se han propuesto ser exitosos como
saqueadores.
Medina también colabora con Leonel
preservando la impunidad. El rediseño del pacto de impunidad no ha convertido
aún en pieza sacrificable a Leonel Fernández. Lo prueba el hecho de que nada se
ha hecho en contra del senador Félix Bautista y ni siquiera se mencionan en el
Ministerio Público los nombres de otros tesoreros suyos como Diandino Peña y
Bautista Rojas Gómez.
Las llamadas Altas Cortes y una buena
parte del Congreso (en la lista de los que votaron en el Comité Político contra
el impulso a la reelección, hay jefes de grupos que actúan en el Congreso)
mantienen la atadura con Leonel Fernández y su grupo.
Danilo Medina se propone, pues,
seguir avanzando como sustituto de Leonel Fernández, y es predecible que, en
esa carrera, quedará evidenciada su condición de miembro de un equipo
esencialmente saqueador. Eso no lo podrá impedir ni quiera modernizando la
manipulación y reforzando la alianza con los dueños de los grandes medios de
comunicación.
En sentido
contrario al proyecto de abril
El PLD, al convertir en satélites
suyos al dividido Partido Revolucionario Dominicano y al despedazada maquinaria
electoral llamada Partido Reformista Social Cristiano, se convierte en
hegemónico impulsor del atraso político.
Se disfraza con ciertos pasos
protocolares, pero, en los hechos, no ha impulsado siquiera un programa mínimo
de avance en aspectos como la reestructuración de las Fuerzas Armadas, la
defensa de la soberanía y la participación popular.
Al hablar al pueblo el 12 de julio de
1965, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó proclamó que los militares
constitucionalistas se reintegrarían a los cuarteles “unidos con los militares
que no estén comprometidos en los genocidios, reorganizar y reestructurar
nuestras Fuerzas Armadas, teniendo como norma los principios honrados y puros
que deben sustentar las instituciones castrenses, que son de mantener y
respetar la soberanía nacional y defender la voluntad popular salida de las
urnas electorales”.
El Comité Político del PLD, organismo
que el pasado domingo se comprometió a impulsar la reelección, cumple un
encargo de la clase dominante y del poder imperialista, caminando en sentido
contrario a lo planteado por el Coronel de Abril.
Ese compromiso incluye seguir
coordinando las relaciones de dependencia, continuar formando a los militares
en la obediencia a los dictados del Comando Sur y de los organismos globales de
uso de la fuerza, acentuar cada vez más la prostitución del voto despojándolo
de su naturaleza de expresión de la voluntad popular, y cobijar en el Estado a
los saqueadores del erario.
Leonel por Danilo, Danilo por Leonel,
o las pantomimas de Hipólito Mejía, Luis Abinader y Miguel Vargas, es discusión
banal. Desmontar las estructuras que sostienen el atraso político es tarea
urgente y que se debe asumir sin vacilaciones. La gesta de abril marcó el
camino y los sustentadores del autoritarismo han colocado obstáculos, pero no
podrán borrarlo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario