Por: Praede Olivero
Feliz
La mañana del sábado
25 de abril del año 2015, quedará escrita en la historia de Barahona, en
nuestra tierra hermosa y facunda, como la tercera siembra más facunda, de las
manos de nuestra santa iglesia católica, al celebrarse la ordenación de nuestro
Obispo Andrés Napoleón Romero Cárdenas.
La primera siembra
con Monseñor Fabio Mamerto Rivas dio sus frutos tanto en la génesis de nuestra Diócesis,
como a lo largo de más de dos décadas de su labor pastoral. La segunda siembra
con Monseñor Rafael Felipe Núñez está ahí, aún abonada la tierra preñada de
frutos, cultivados con paciencia, pero con pulso firme.
Debo resaltar que el
día previo a esta siembra, Dios mandó lluvia a Barahona, en señal de que
preparaba nuestra tierra para el nuevo pastor y hasta en la mañana de este día
cayeron algunas gotas complementarias, como demostración de que Monseñor Romero
cultivara la tierra y cuidara su rebaño en un sur fecundo, porque ya se cansó
de que le llamen sur profundo para seguir sumiéndolo en el abandono.
La ceremonia en el
escenario más grande de Barahona fue deslumbrante y el espacio resultó pequeño
para un pueblo que ama sus pastores, hasta funcionarios y representantes de
diversas instituciones no pudieron entrar; la prensa local tuvo limitaciones
por la actitud permanente de la seguridad presidencial, que donde está el
presidente asume los controles sin tomar en cuenta a los locales, lo que genera
inconformidad.
Era que el Presidente
de la República Danilo Medina Sánchez, parte de su gabinete, legisladores,
alcaldes y funcionarios locales y regionales, asistieron a la ceremonia, junto
al Cardenal Nicolás López Rodríguez, todos los Obispos, un representante del
Papa Francisco, todos los sacerdotes de la región, monjas y gran parte del
pueblo de Dios.
Yo sentí una emoción
enorme, estaba al lado de Tite y otros hermanos de la Parroquia Cristo Rey,
todo era sencillo, emotivo y a la vez profundo; pero lo que conmovió a nuestro
nuevo Obispo Andrés Napoleón, sentí que nos conmovió a todos: el llamado,
caminar lento y abrazo de sus padres, sobre todo el beso de su madre, que le
arrancó lágrimas, a mí también y estoy seguro que a gran parte de los
presentes.
Es que la familia,
como la principal célula de la sociedad estaba ahí y ese meta mensaje recorrió
todo nuestro cuerpo social en una sinapsis perfecta, dendrita a dendrita,
núcleo a núcleo, axón a axón, que nos hacía sentir como una gran familia.
Esta gran familia,
con su Obispo a la cabeza, tiene una gran misión pastoral y un gran compromiso
con su pueblo, Monte grande está ahí como promesa incumplida y como reto para
todos. Monseñor Rafael Felipe Núñez trazó el camino,
hicimos junto a él parte del recorrido y ahora debemos con Monseñor Romero
completar ese recorrido, hasta que Monte Grande sea una realidad.
Felicito a Monseñor
Andrés Napoleón Romero Cárdenas por su ordenación, en mi nombre y en el de la
Alianza por el Rescate de Barahona y todos sus servidores, diciéndole que somos
parte de su rebaño, que trabajamos para todos, pero que hemos elegido como
primera opción de nuestro trabajo, los pobres de nuestro pueblo, acorde con el
sentimiento cristiano y humano más profundo.
Nos inspiran las
pastorales de nuestra iglesia y todos los mensajes positivos de las demás
iglesias sobre los males que afectan nuestra sociedad y en particular sobre la
corrupción que hace a los pobres más pobres y a los ricos más ricos. Queremos
rescatar el verdadero sentido de la política, el servicio y la entrega a los
demás, por lo que estamos a sus órdenes en todo lo que podamos servir. ¡ QUE
DIOS LE BENDIGA!
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