En total abandono y deterioro se
encuentra el hospital de municipio Enriquillo de la provincia Barahona, allí quienes se enferman pueden encontrar cualquier
cosa menos la recuperación de la salud.
En Enriquillo, Barahona se puede
decir que no hay hospital y no se miente. En una edificación agrietada por el
paso del tiempo y los temblores de tierra que se han sentido en la zona intentan
curar a los enfermos.
En ese centro construido durante el
gobierno de Antonio Guzmán en 1981, y al que se le asignó el nombre Jacinto
Pérez Vidal, en honor a un prestigioso cirujano del pueblo que brindaba
servicios gratuitos y humanitarios a necesitados, lo menos que hay es salud.
Sus pasillos parecen los de un
mercado al igual que todas sus áreas incluyendo la sala de parto, donde no se
puede hablar de higiene.
El área de lavado, de cocina, la sala
de estar de las enfermeras y de los médicos pueden ser parte de cualquier
escena de una película de terror y lo peor de todo es que allí hay quienes
acuden en busca de una cura para sus males.
E igual que el mal estado de la
edificación y sus diferentes áreas, sucede con el personal. Allí laboran dos
ginecólogos obstetra, 4 médicos generales con más
de 50 años de servicios y varias enfermeras, algunas aún sin nombramiento.
Debido a estas precariedades este
centro no ofrece la mayoría de servicios que se requieren de un centro de
salud. Hay quienes han visto fallecer a parientes y que en la mayoría de los
casos las emergencias deben referidas al hospital de Barahona, a unos 78
kilómetros aproximadamente, del municipio de Enriquillo.
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