Rafael Chaljub Mejìa
Recuerdo que esa pregunta se la hice al compañero José Francisco
Peña Gómez en el proceso electoral de 1996, porque me di cuenta de que él
tomaba erróneamente como blanco principal de sus críticas al presidente
Balaguer, cuando el adversario al que debía enfrentar, y que finalmente lo
venció, era el doctor Leonel Fernández.
En el
presente proceso una parte de la oposición ha vivido una situación muy
parecida. Desde que el doctor Fernández salió del palacio nacional parte
importante de las fuerzas progresistas y opositoras lo tomó como objetivo
principal, y lanzó contra él sus más cerradas descargas.
A pesar
de la vieja máxima emepedeísta de que los gobiernos de turno son la expresión
concreta de la dominación reaccionaria, al presidente Danilo Medina se le puso
en segundo plano.
Y
algunos comentaristas y opinadores, incluso de la intelectualidad progresista,
le dieron un estímulo solapado a que buscara la reelección.
Así,
hubo un enfoque equivocado, se subestimó el efecto que podía surtir en el
actual Presidente la tentación del continuismo. Se le subestimó también como
político de garras. A pesar de que sobraban las evidencias de que la campaña
reeleccionista seguía su curso y debió pensarse que si tal campaña se hacía era
porque contaba con la autorización del Presidente.
Ahora
ha resultado que la máquina del continuismo aceleró la marcha y al primero que
se llevó de encuentro fue al doctor Fernández, y como no es lo mismo llamar al
diablo que verlo venir, hoy algunos parecen alarmarse porque al rival contra el
cual hay que batirse es precisaamente aquel al que se le dejó avanzar y poner
su plan en marcha sin hacérsele una oposición firme.
El
torero mata al toro porque el toro embiste al trapo y no al torero. Porque el
cuadrúpedo se equivoca al elegir su blanco de ataque.
De
todos modos, aún hay remedio. Ya no hay lugar a la confusión y el adversario a
enfrentar está a la vista. Por más arrolladora que aparente ser la máquina
reeleccionista, hay una insatisfacción muy extendida.
Hay un
clamor expreso por la unidad de las fuerzas anti-reeleccionistas y una
propuesta de Convergencia para enfrentarla que merece ser atendida. Ojalá no
falten la sensibilidad y la comprensión de que esa es la vía y no se pierda más
tiempo para marchar por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario